A medida que recuperamos la normalidad, son más los emprendedores que piensan en abrir un nuevo negocio. Algunos datos invitan al optimismo: en mayo se registró el mayor descenso mensual de desempleados desde 1996. La OCDE prevé que España sea el país de la zona euro con mayor crecimiento en 2021 y 2022. Síntomas de que la reactivación económica es real.
Sin embargo, el camino del emprendedor nunca es sencillo. La apertura de una nueva actividad es una decisión que siempre implica algunos riesgos. Aunque existe una alternativa en la que quizás no habías pensado y que te puede ayudar a minimizarlos: abrir una franquicia. En esta entrada explicaremos cómo funciona este modelo de negocio y cuáles son sus principales ventajas. Y también te ayudamos a saber todo lo necesario para dar este paso.
EN ESTE ARTÍCULO ENCONTRARÁS
¿Cómo funciona una franquicia?
Las franquicias son un mundo muy diferente al de los negocios independientes. Funcionan bajo sus propias normas.
La base de toda franquicia radica en el acuerdo que se establece entre franquiciador (parte que concede la licencia) y el franquiciado (el emprendedor que realiza la inversión). Este último, crea un nuevo negocio, que será de su responsabilidad, pero bajo las directrices y métodos de trabajo estipulados por el franquiciador.
Las franquicias permiten al emprendedor comenzar su actividad más rápidamente, reduciendo la inversión inicial y suprimiendo algunos riesgos. Habitualmente, el franquiciado dispondrá de un manual a modo de plan estratégico, que servirá de guía para la gestión de su propia actividad. Estos manuales recogen, con todo detalle, la mayoría de situaciones que se producirán en la gestión diaria de la franquicia. Su objetivo no es otro que garantizar que la calidad de todos los negocios franquiciados sea homogénea.
Por tanto, las franquicias permiten aprovecharnos de modelos de negocio previamente definidos y, normalmente, de éxito confirmado. Sus beneficios son evidentes para ambas partes: el franquiciado iniciará la actividad con gran parte del trabajo hecho, y el franquiciador expande su marca sin hacer grandes inversiones. En el siguiente epígrafe profundizamos en las ventajas que nos ofrece como emprendedores.
Ventajas de un negocio franquiciado
Como acabamos de destacar, una de los principales atractivos del negocio franquiciado es trabajar con una marca plenamente consolidada. Normalmente, las marcas que operan en esta modalidad, están bien posicionadas en el mercado. Y no solo eso: también cuentan con una identidad corporativa establecida y reconocida por nuestro público objetivo.
Por consiguiente, nuestros clientes ya la conocerán. Algo que nos permite rentabilizar nuestro negocio rápidamente, facturando desde el primer día y ahorrándonos importantes inversiones en promoción y publicidad respecto a la apertura de un negocio completamente nuevo.
Por otro lado, con una franquicia minimizamos los riesgos. Empezaremos a trabajar sobre un modelo de negocio que ya funciona, algo que podremos constatar durante el proceso de negociación. Es muy habitual que en la fase de información previa se faciliten informes de datos sobre otras franquicias similares. Una excelente manera de valorar pros y contras antes de la firma del contrato.
Otro aspecto a tener muy en cuenta, es la asistencia continua que recibiremos por parte del franquiciador. Nunca estaremos solos en esta aventura. La filosofía propia de este modelo nos facilita una cobertura de red que resulta esencial. Todo negocio implica necesidades complejas en cuanto a operaciones, logística o suministro. El apoyo del franquiciador facilita satisfacerlas.
Por un lado, dispondremos de planes de marketing previamente definidos, pudiendo concentrarnos así en la gestión diaria de la actividad. La empresa matriz nos proporcionará todas las herramientas y materiales de comunicación que necesitemos. Por otro, suelen desarrollar programas de formación y capacitación para ti y todo tu equipo. Una garantía de que gestionaremos nuestro negocio de forma correcta, no sólo antes de la apertura, sino también durante el período de actividad real.
Pasos a seguir para montar tu propia franquicia
Si empiezas a ver con buenos ojos la opción de abrir tu negocio franquiciado, agradecerás saber cuáles son los pasos clave a seguir:
Decidir el modelo de negocio
El primer paso es pensar qué modelo de negocio nos puede interesar más. Para ello, conviene hacer un estudio de oferta y demanda, aunque no será necesario que sea excesivamente exhaustivo. Recuerda que trabajarás sobre un modelo previamente exitoso. De hecho, nuestra recomendación es que pienses en un sector que te apasione y en el que realmente te vayas a sentir cómodo. Existen muchas opciones, pero lo ideal es que, en la medida de lo posible, se adecúe a tu personalidad e intereses. Será la mejor forma de alcanzar el éxito.
Una vez decidido, vuelve a analizar los pros y contras. Si los primeros tienen más peso que los segundos puedes empezar a contactar con posibles franquiciadores para recopilar toda la información necesaria. En este sentido, cuantos más datos consigas mejor: número de franquicias, nuevas aperturas en el último año, personal de la compañía, qué estrategia de marketing aplican, estado de salud financiera, etc.
Buscar financiación
Aunque abrir una franquicia te ahorre muchos de los gastos propios de una nueva actividad comercial, tampoco te saldrá gratis. En primer lugar, en prácticamente todos los casos es necesario pagar un canon de entrada a fondo perdido con un variable que no suele ser inferior a los seis mil euros. Además, debes tener en cuenta que también tendrás que pagar royalties por el uso de la marca.
Más allá de la información que hayas podido recopilar en la anterior fase, es recomendable buscar alguna asesoría que te oriente y ayude a realizar los trámites necesarios.
Firmar el acuerdo de franquicia
La actividad comercial en régimen de franquicia se regula por el Real Decreto 201/2010 del 26 de febrero. En él se determina que el contrato de franquicia es un acuerdo por el que una empresa (franquiciadora) concede a otra (franquiciada) el derecho de explotar su sistema de comercialización de productos y/o servicios.
Este acuerdo determina qué elementos recibes al abrir tu propia franquicia: productos, servicios, modelos comerciales, manuales de operación, etc. Y también qué obligaciones contraes con el franquiciador: pagos recurrentes, royalties, porcentajes de beneficios, comisiones varias, etc.
Habitualmente, el franquiciador te presentará un precontrato que actuará en concepto de reserva hasta que encuentres el local físico en el que desarrollarás tu actividad. No será hasta el momento de la firma del contrato oficial cuando tengas que pagar el canon de entrada.
Elegir un local
Una vez tengas el precontrato de reserva, llegará el momento de buscar el local más adecuado para el tipo de negocio seleccionado. Muchas de las empresas franquiciadas te ofrecerán asistencia en esta búsqueda, recomendándote posibles ubicaciones, así como si es más conveniente alquilar o comprar el espacio.
Dado que uno de los principales requisitos de cualquier negocio franquiciado es garantizar la homogeneidad de marca, también te asesorarán sobre superficie disponible, equipamiento necesario o la decoración interior. Todo ello sin que tengas que incurrir en gastos adicionales.
Abrir tu negocio
Si has llegado hasta aquí, ¡enhorabuena! Ya falta muy poco para que levantes la persiana. No obstante, aún te quedan algunas tareas que tachar de la lista. La primera, definir la forma jurídica que adoptará la empresa y desarrollar los trámites necesarios para constituirla. Nuevamente la ayuda de un asesor te facilitará estas gestiones.
Finalmente, deberás encargarte de contratar a los empleados y realizar los pedidos necesarios, para lo que nuevamente contarás con la red de proveedores de tu franquiciador. Cuando lo tengas todo listo, únicamente tendrás que acondicionar el local para su apertura, y avisar a tus amigos, familiares y compañeros de trabajo para que den ambientillo. El resto de clientes llegarán solos. ¡A vender!
El mejor software de gestión para tu franquicia
Quizá pienses que has hecho lo más difícil, pero la apertura de tu franquicia te presentará un exigente reto: la gestión diaria de tu negocio. Para facilitártela, nada mejor que un buen sistema de gestión empresarial.
En algunos casos, el propio franquiciador te proporcionará un software, pero no siempre. Además, puede que no se ajuste a tus necesidades. En esta situación, harías bien en confiar en eactivo: el software de facturación y gestión en la nube.
¿Por qué debería interesarte? En primer lugar, su módulo de facturación reduce drásticamente el tiempo dedicado a controlar tus cuentas. Generarás de forma intuitiva presupuestos, facturas, pedidos de compra o pagos. Su base de datos combina clientes y proveedores, por lo que tardarás segundos en crear la documentación asociada a las transacciones comerciales con ellos. Esta integración hace que la contabilidad se vea notablemente simplificada. Registrarás facturas con un clic, lo que te permitirá controlar tus cuentas de forma más eficaz.
Su modelo 100% cloud automatiza todas las actualizaciones: tampoco deberás preocuparte de los cambios legislativos o los tipos impositivos. Siempre estarás al día en materia tributaria. Y, además, podrás generar fácilmente tus liquidaciones de IVA o cuentas anuales.
Eactivo integra un módulo de gestión de stock y almacenes, que automatiza el seguimiento y localización de productos. Con él, dispondrás de datos fiables sobre tu stock, agilizando la relación con proveedores y evitándote perder ventas.
Finalmente, no queremos olvidarnos de una funcionalidad que lo hace único: su TPV para ventas rápidas. Una extensión compatible con gran variedad de dispositivos, que te permitirá agilizar cualquier venta. Complemento perfecto para franquicias de alimentación, restauración, salud bucodental, peluquerías, academias, etc.
Si la gestión diaria de tu franquicia te está dando más de un dolor de cabeza, solicita tu período de prueba gratuita de 15 días.