El activo circulante también denominado activo corriente es el que tiene una empresa al cierre del ejercicio como activo líquido, es decir, estaría formado por la caja, bancos y otros activos a corto plazo.
También se incluyen aquellos activos que podemos convertir en dinero en un periodo inferior a los 12 meses, como son las existencias, las obras en curso, las cuentas pendientes de cobrar, los deudores y las inversiones a corto plazo.
Este activo corriente estará formado por todo aquellos bienes o derechos que podemos convertir en dinero de forma inmediata, y se compone de los siguientes elementos:
- Activos destinados a la venta o consumo
- Activos en los que nos encontramos a la espera de su venta a corto plazo
- Todo el dinero del que dispone la empresa en cualquier momento
Todas las empresas deben vigilar la gestión de este activo, ya que, debemos perseguir minimizar las existencias y los saldos de los clientes porque esto nos implicará una buena gestión empresarial que busca equilibrar nuestros objetivos empresariales con los de tesorería.